Es típico que a los hombres que estén involucrados en una relación les surjan constantes tentaciones para irse a la cama con otras mujeres y cometer infidelidades. Muchas veces ellos pueden soportar estas ganas por convencerse de que no es correcto de que cometan un engaño, pero cuando se tienen peleas en el hogar que lo que hacen es más bien hacer que cualquier impedimento que ellos sientan lo dejen completamente atrás y se convenzan de ser infieles como una especie de desquite o venganza.
Son las peleas en el hogar las que llevan al hombre a cometer infidelidades, ya que hacen que el ambiente en casa sea molesto y los dejes inconformes. Para olvidar estos problemas en el hogar, los hombres lo que buscan es placer en otros sitios, siendo capaces de embarcarse en aventuras a escondidas que les brinden todo lo contrario a lo que les ofrecen sus esposas, es decir placer, diversión y satisfacción en lugar de peleas, inconformidades e incomodidades.
Los hombres cuando están casados hacen un gran esfuerzo para no caer en tentaciones, y es que ellos por naturaleza sienten la necesidad de tener aventuras eróticas con mujeres diferentes cada vez que tienen la oportunidad de hacerlo. Si finalmente deciden renunciar a este placer, tiene que ser por una mujer que realmente valga la pena, una chica que les produzca un sentimiento que compita fuertemente con su lujuria y les haga mantenerse fieles y serios en su compromiso. Pero cuando esta mujer en lugar de motivarlos a ser buenos esposos lo que hacen es hacerles pasar malos ratos, ya no hay nada que les empuje a ser fieles como deberían, y por el contrario la idea de desquitarse acostándose con mujeres más sensuales y hermosas a las que antes se resistían empieza a ser una idea sumamente atractiva.
Es por esto por lo que las mujeres casadas deben saber que si esperan que su esposo sea fiel con ellas deben evitar atormentarlos con reclamos y peleas tontas. Estas cosas acaban muy rápidamente con la paciencia de los hombres y los hacen dejar de lado cualquier voto de compromiso que hayan hecho, por lo que es importante no agobiarlos y de seguro que este se los agradecerá con una fidelidad como la que ellas esperan obtener. Cuando un hombre no tiene un motivo real para ser fiel normalmente lo piensa dos veces y esto es un patrón que se repite en cada sujeto casado que se pueda encontrar.